Formación mensual para Catequistas de adolescentes y jóvenes
El sábado 28 de junio en las Instalaciones de la Curia de la Arquidiócesis de Tlalnepantla, como formalmente se viene realizando en nuestra Diócesis, se llevó a cabo la formación para Catequistas de Adolescentes y Jóvenes, esta sesión es ya la penúltima de 7 sesiones que se tenían programadas para esta primera etapa de este Proyecto Diocesano.
En esta ocasión el tema que se desarrolló, con las 110 catequistas reunidas, fue sobre la importancia de la relación que como coordinadores y catequistas debemos tener con la Palabra de Dios. Es recordar que todo empieza con un encuentro con Jesús, justo en ese momento es donde se establece una alianza de amor y de amistad, que nos identifica como Iglesia.
La primera cita Bíblica, que traspasó nuestro corazón como a los peregrinos de Emaús, que, cuando estaban más tristes, encontraron consuelo. Nadie ama lo que no conoce. Para tener un conocimiento de Cristo, de sus intereses, de sus miradas, de cómo era su trato con los hombres, es indispensable el conocerlo por medio del Evangelio. Decía San Jerónimo que “Desconocer las escrituras es desconocer al mismo Cristo”. Por lo tanto, debemos venerar las escrituras y darles una gran importancia si estamos deseosos de que Cristo sea algo central en nuestras vidas, de lo contrario nuestro deseo por Cristo es algo engañoso y falso.
En el Evangelio nos encontramos con Cristo vivo, con el corazón de Cristo palpitando de amor por nosotros. Nos encontramos con sus palabras que nos comunican vida. El hecho es que las palabras de Jesús poseen una densidad y una profundidad que las demás palabras no tienen, ya sean de filósofos, de políticos o de poetas. Las palabras de Jesús son, como a menudo se definen en el Nuevo Testamento, espíritu y vida. Contienen, expresan y comunican una vida, la plenitud de la vida. Los mismos apóstoles le dijeron en una ocasión Señor ¿a quién iremos? si Tú tienes palabras de vida eterna (Jn. 6,68).
Es necesario preguntarnos: ¿me doy cuenta que en las escrituras puedo unirme con Cristo y tener un contacto muy íntimo con él? ¿Cuál es mi amor por las escrituras? Mi amor se ve en el tiempo y en la dedicación que le otorgo a dicha lectura y meditación. Todos los días respiramos y comemos. También todos los días debo leer la Sagrada Escritura, al menos algunos minutos, aplicándola a mi caso concreto y singular. ¡Qué hermoso entretenerse con Cristo presente en las Sagradas Escrituras de un modo misterioso, pero real!
Finalizamos la reflexión con una actividad de Rally Bíblico entre todas las catequistas, el cual fue competitivo y lleno de ánimo, para cerrar con un video que nos recordaba la importancia de ser verdaderos discípulos del amor de Dios, ser Iglesia.
Por: Elizabeth Ortega Ugalde




