Mensaje de agradecimiento de
Mons. Jorge Cuapio Bautista
al término de su Ordenación Episcopal
A los pies de la Santísima Virgen, Nuestra Señora de los Remedios, Patrona de esta Arquidiócesis, agradezco la presencia del Sr. Nuncio Apostólico, Don Cristophe Pierre, la de las autoridades civiles y la de todos ustedes que han tenido la caridad de acompañarme en esta celebración.
Saludo con veneración y respeto a nuestra amada Arquidiócesis de Tlalnepantla:
A sus laicos, especialmente a los niños y jóvenes, que son la esperanza de nuestra Iglesia.
A sus Religiosas y Religiosos, que son testigos de la presencia del Reino de Dios entre nosotros.
A mis hermanos sacerdotes, que con su amor entregado, al modo del buen pastor, vivifican a nuestras comunidades
A Su Excelencia Don Ricardo Guízar Díaz y a Su Excelencia Don Francisco Ramírez Navarro que entregaron sus vidas por esta Iglesia particular.
Saludo con especial gratitud y respeto, a Monseñor Efraín Mendoza Cruz y a nuestro Señor Arzobispo, Don Carlos Aguiar Retes.
Amados hermanos:
El tiempo que ha transcurrido entre el día en que Su Santidad, el Papa Francisco, me nominó al Episcopado, y este momento solemne de mi consagración, me ha permitido hacer vida la recomendación que, San Juan Pablo II hizo a toda la Iglesia, al inicio del nuevo milenio: “mirar el pasado con gratitud, vivir el presente con pasión y abrazar el futuro con esperanza”.
Por la benevolencia del Señor Arzobispo, he disfrutado de casi tres meses, para interiorizar este nuevo llamado del Señor, que como a Abraham me ha dicho “Vete de tu tierra, de tu patria y de la casa de tu padre a la tierra que yo te mostraré” (Gn. 12,1).
Con gratitud, he podido recoger la historia de mi vida, he podido alabar a Dios por su misericordia, por sus bendiciones, por mis padres y mis hermanos, por la gracia de la fe y la alegría de mi sacerdocio, especialmente por mi amada Diócesis de Texcoco, a la que llevaré en mi corazón, porque en ella, me forjó como pastor de su Iglesia.
El presente ha sido para mí apasionante, porque ha sido un tiempo de especial bendición, tiempo de acción de gracias, tiempo de recoger el amor de tantas personas que a lo largo de mi vida el Señor me ha regalado, tiempo para alabarlo por su misericordia y de suplicar su auxilio para mis débiles fuerzas.
Con la Consagración Episcopal que he recibido se abre un horizonte de esperanza para mi vida, porque el Señor me ha regalado su Espíritu y me ha insertado en la rica tradición y en el futuro promisorio de esta Arquidiócesis de Tlalnepantla, a la que llego, en un momento dichoso, en el momento en que se cosechan los frutos de la comunión eclesial que le permiten dar paso a una Iglesia misionera que quiere caminar desde Cristo por caminos de santidad.
Llego para colaborar con el Ministerio Episcopal de Mons. Efraín Mendoza Cruz y del Sr. Arzobispo Don Carlos Aguiar Retes, a quienes ofrezco respeto, fidelidad y solicita colaboración, porque a partir de hoy compartiremos la misma responsabilidad, velar, orar y trabajar, para que esta Iglesia particular, se engalane cada día más y como esposa inmaculada se presente ante su Divino Esposo. Les suplico, queridos hermanos, que pidan por mí, para que sepa colaborar dignamente en el cuidado pastoral de esta Iglesia, ayudado por la caridad de Mons. Efraín y la sabia conducción de Nuestro Señor Arzobispo.
El Señor me ha consagrado para esta Iglesia, para ofrecerme a ella, para entregarle mi vida y desgastar mis fuerzas por ella. Supliquen a Nuestro Padre, que me regale un corazón misericordioso, un corazón como el de su amado Hijo, Nuestro Señor Jesucristo. Que me regale la alegría de su mirada, para verlos con esperanza, que me regale un oído atento a su Divina Palabra y a los clamores de su Pueblo Santo, que me regale labios puros, para hacer resonar su mensaje de salvación, que me regale manos laboriosas, prontas para socorrer al necesitado, que me regale unos pies diligentes para acudir al llamado de los hermanos especialmente de los más pobres y necesitados, que me regale la dicha de cumplir, por intercesión de la santísima Virgen María, su santísima Voluntad.
Muchas Gracias.
+ Jorge Cuapio Bautista
Obispo Auxiliar de Tlalnepantla