HOMILÍA EN EL II DOMINGO DE CUARESMA

March 13, 2022


HOMILÍA EN EL II DOMINGO DE CUARESMA

 

«Este es mi Hijo muy amado, escúchenlo»

 

Muy queridos hermanos, hermanas, en Cristo Jesús:



A todos les saludo con afecto de pastor, a ustedes que están aquí presencialmente en nuestra Catedral de Corpus Christi y de una manera muy especial a los y las catequistas que nos acompañan en nuestra Eucaristía junto con las hermanas religiosas. También quiero saludar a todos los que a través de los medios digitales se unen a nuestra celebración; deseo para todos un tiempo de conversión, un tiempo de seguir el camino del Señor, acompañar a Jesucristo. Y también ahora de una manera muy particular al canal de televisión María visión, que ha querido venir a nuestra Iglesia particular con el fin de que se conozca más, de que se comparta más, en otros lugares a través de la televisión.



Estamos en el II Domingo del tiempo de Cuaresma; hace ocho días, en el I Domingo, recordarán ustedes en el Evangelio cómo Satanás tentó a Jesús y le puso algunas tentaciones, las cuales venció, y concluíamos diciendo que Jesús estuvo 40 días en el desierto y estaba fortalecido, porque había estado en intimidad con el Padre, en oración. De tal manera que Jesús nos enseña a través de la oración cómo estar fuertes para vencer a Satanás.



Hoy en este II Domingo de pronto como que podemos descontrolarnos y preguntarnos por qué acabamos de escuchar el Evangelio de la Transfiguración de Jesús, pero vamos en ese itinerario donde quiero invitarlos a que pongamos nuestra mirada en la cruz. Fíjense que Jesús subió a un monte, al monte Tabor, y subió precisamente a hacer oración. Y cuando estaba orando su rostro se transfiguró, y también su túnica. De tal manera que tenemos este primer elemento, cuando Jesús oraba sucedió esto.

Podemos comentar los detalles para ir entendiendo más este pasaje, cómo Jesús invitó a los tres discípulos que también lo acompañaron después en el Huerto de los olivos, a Simón Pedro, a Santiago y a Juan. Y Jesús estaba dialogando con dos personajes, Moisés y Elías; Moisés representa la ley y Elías a los profetas. Pero aquí viene algo muy importante: ¿De qué estaban hablando?, ¿qué estaban platicando Jesús, con el rostro resplandeciente, y Moisés y Elías? Estaban platicando de lo que iba a suceder en Jerusalén, es decir, estaban platicando de su Pasión, estaban platicando de la cruz, y también de la Resurrección.



De tal manera que Simón Pedro, que siempre reaccionaba muy rápido, le dice a Jesús: «Sería bueno que hiciéramos tres casas aquí, incluso las asignaba, una para Ti, otra para Moisés y otra para Elías. Realmente no sabía lo que decía, pero la experiencia que tuvieron los discípulos fue una experiencia de Pascua, porque vieron a Jesús transfigurado, yo siempre digo que tuvieron una probadita del Cielo.



Pero, después de esto, también hay otro elemento que quisiera resaltar, porque también sucedió cuando a Jesús lo bautizó Juan el Bautista en el Jordán, la voz del Padre que se escuchó, también aquí, se escuchó la voz del Padre que decía: «Este es mi Hijo muy amado, escúchenlo». De tal manera que estas palabras del Padre son para nosotros, escuchar a Jesucristo, que es a quien nosotros queremos acompañar esta Cuaresma, pero esta Cuaresma llega a la Pasión, a la muerte y a la Pascua, la Resurrección.



De tal modo que podemos nosotros fijarnos cómo en la segunda lectura que escuchamos, de San Pablo a los Filipenses, Pablo les recuerda que no se les olvide la cruz, porque había cristianos que ya solamente hablaban de la Resurrección, pero ya sin la Pasión, sin la cruz, y les dice Pablo: «Siempre el elemento de la cruz es fundamental, pero también esa cruz lleva a la Resurrección».



Queridos hermanos y hermanas hoy estamos invitados a escuchar la voz del Padre: «Este es mi Hijo, escúchenlo», y nosotros tenemos cuatro libritos por ahí, cuatro Evangelios, que son bien importantes, Mateo, Marcos, Lucas y Juan, donde podemos nosotros escuchar a Jesús. Muchas personas ya van teniendo la experiencia de lo que se llama la Lectivo Divina, que eso se daba durante mucho tiempo solamente en los monasterios, pero la Lectio es leer lo que nos dice el Evangelio para después meditarlo, que llegue de la mente al corazón, y después a través de la oración ver qué es lo que quiere decirnos el Señor para vivir con mayor compromiso.

Pues hoy, queridos hermanos, seguimos invitados para hacer este itinerario, para hacer este camino de Cuaresma que nos llevará a acompañar a Jesús en su Pasión, muerte y Resurrección. Sigamos caminando juntos. Así sea.

 

+ José Antonio Fernández Hurtado
Arzobispo de Tlalnepantla