La vida cristiana se nota hasta en la arquitectura de nuestras ciudades
Como Diócesis de Tlalnepantla asistimos a la JMJ, pero también se tuvo la oportunidad de peregrinar a Roma, la ciudad eterna, donde encontramos las raíces de la Iglesia. Quienes asistimos a la Jornada llegamos a Roma a encontrarnos con una ciudad que tiene una clara ascendencia católica y que nos recuerda que la vida cristiana se nota hasta en la arquitectura de nuestras ciudades.
Como buenos creyentes visitamos muchas Iglesias, peregrinamos a los principales templos de la ciudad, visitando las basílicas del Papa, sabiéndonos hijos visitamos Santa María la Mayor, sabiendo que la Iglesia es apostólica visitamos las basílicas de san Pedro y San Pablo, las dos columnas de la Iglesia. Y sabiendo que en el Papa tenemos el punto de unidad de la Iglesia en el mundo acudimos a San Juan de Letrán, la catedral del Papa, donde la Iglesia encuentra el lugar desde donde se enseña y se camina en unidad.
Junto con Roma tuvimos la oportunidad asistir a Asís, que además de tener a San Francisco, hoy para los jóvenes es una escala obligada porque ahí están los restos de Carlo Acutis, quien fue uno de los Patronos de la JMJ.
Finalmente hubo que regresar a casa, con todos los aprendizajes y las experiencias vividas, sabiendo que ahora nos toca dar testimonio del encuentro con Dios y con la Iglesia que hemos tenido.
Recordando siempre que a Lisboa fuimos todos.