De retiro con un león, una bruja y un ropero.
Jóvenes de entre 13 y 19 años viven una experiencia de fantasía del 20 al 22 de enero.
11 jóvenes, pertenecientes a la Zona III de la Arquidiócesis de Tlalnepantla, participaron de un Retiro Juvenil el pasado viernes 20 y hasta el domingo 22 de enero en el Centro Juvenil Vocacional (CEJUV), ubicado en Tequexquináhuac, en la colonia Valle Hermoso, Estado de México.
El responsable del acompañamiento fue el Presbítero Fernando Corona, miembro del equipo diocesano la Pastoral Juvenil Vocacional (PAJUV), junto con coordinadores del grupo juvenil “Redes” de la parroquia “Redemptoris Mater”, y 3 seminaristas.
Los jóvenes partieron de la parroquia a bordo de un camión, acompañados por Mons. Francisco Cano, hacia el CEJUV, donde los esperaban, ya listos, el equipo encargado del retiro. Las actividades y momentos de oración se desarrollaron alrededor de la saga de Narnia: El león, la bruja y el ropero; El príncipe Caspian, y La travesía del Viajero del Alba. Donde la intención fue exponer la realidad del pecado y la acción de la gracia que Dios nos brinda gratuitamente frente la tentación.
Las actividades incluyeron un “fuera luces” de toda la casa de retiro, la proyección y análisis de la saga, un momento con el Santísimo Sacramento con tinte penitencial en la capilla de adoración de la casa. Una fogata repleta de canciones con guitarra, anécdotas y fuertes compromisos con uno mismo de cambio y conversión.
Estos días estuvieron acompañaos de risas, momentos de compartir la vulnerabilidad con el hermano y de encuentro con Dios. También abundaron las palomitas, el refresco, los bombones, los emparedados y las pizzas.
Finalmente, después de dos días y medio de trabajo y de encuentro con el Señor, partieron de CEJUV hacia “Redemptoris Mater”, alrededor de las 5:30 de la tarde. Donde, justo a las 07:30 pm, el momento de la celebración de la Santa Misa daría por concluido el retiro juvenil y diera paso a la invitación de pertenecer al grupo de jóvenes de la parroquia.
Además de vivir un encuentro con el Señor, los jóvenes comenzaron un camino fraterno, abiertos a un conocimiento más profundo de ellos mismos y concientes de la realidad y la gracia que el Señor nos brinda gratuitamente.